lunes, 18 de junio de 2007

Gran Hermano

Cuanta razón tenía George Orwell cuando escribió su obra "1984". El acoso que sufrimos es constante y desde todos los ámbitos.

Estábamos aquí en la batea comentando una entrada en el blog de apophenia sobre el uso de las nuevas tecnologías para controlar a los hijos cuando no tardó en salir el típico comentario "... estos americanos...". Pues no, no son sólo los norteamericanos, sin ir más lejos aquí en Galicia una empresa ha presentado un programa que permite saber donde está una persona a través del Google Maps.

La diferencia entre los dos sistemas es el que el autóctono permite una visualización de la persona buscada a través de un gps que llevará consigo, en el teléfono. El de los EEUU es un software que debidamente instalado en los terminales de los hijos, permitirá saber exactamente las llamadas o mensajes entrantes que reciban. Eso sí, no dudan en presentártelo como la salvación de los padres que viven angustiados sin saber que es lo que están haciendo sus hijos.

Pero hacia donde nos llevan estas nuevas aplicaciones: a un incremento objetivo de la seguridad, no; a un incremento subjetivo de la seguridad emocional de aquellas personas que usarán el mismo argumento que emplean cuando le regalan un móvil a un niño de siete años, pues seguramente si. Lo que si que es cierto es que lo presenten como lo presenten no es más que un nuevo eslabón en la cadena que va limando las libertades personales y que no son más que el producto de la psicosis en la que nos quieren hacer entrar a todos especialmente tras el 11-S, a nivel mundial y el 11-M a nivel local.

Sobre esto último, en torno a doce millones y medio de británicos vienen a España en vacaciones, mayormente en los meses de julio y agosto, pues bien, la aplicación de una nueva directiva de seguridad puede hacer que este número descienda, ya que desde el 19 de junio tendrán que facilitar previamente una serie de datos personales.

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